Entre el 9 y el 11 de noviembre pasados se llevó a cabo en la Colonia de Los Cocos de UEPC, una nueva edición de este tradicional encuentro de los maestros rurales de toda la provincia. En esa oportunidad, el eje vertebrador de las conferencias, presentaciones y talleres fue el trabajo docente en ámbito rural: sus dimensiones política y filosófica, los desafíos gremiales, la construcción de la autoridad pedagógica del docente y las “esperanzas practicables” que supone el uso de nuevas tecnologías.
La 26° edición del Congreso de Docentes Rurales impulsado por UEPC reunió a más de 230 docentes, provenientes de casi todos los departamentos de la provincia. Varios elementos dejaron de manifiesto el intenso trabajo realizado por las delegaciones gremiales en la previa del encuentro: la numerosa y extensa convocatoria; la importante presencia de educadores jóvenes; y la participación de estudiantes y familias, que acompañaron a sus docentes en la reunión. En este sentido, fue destacable el aporte de estudiantes y padres de Ninalquín -del Departamento Minas-, que asumieron el protagonismo de contar ellos mismos una experiencia pedagógica alrededor de la producción caprina. Este involucramiento evidenció que este Congreso es, además, un espacio de encuentro de todos quienes aportan y construyen la educación rural.
La masiva convocatoria y la permanencia de esta reunión a lo largo de las décadas son la confirmación de la decisión política de UEPC de sostener el Programa de Educación Rural, con líneas de capacitación y formación para los educadores de la modalidad. El eje de trabajo elegido para esta edición fue “El trabajo de enseñar en la escuela rural” y albergó distintas dimensiones, que fueron expuestas en sus discursos de apertura por Zulema Miretti -secretaria general adjunta del gremio y Aurorita Cavallero -secretaria de Cultura y Educación.
Miretti consideró que “en la actualidad, la población en general, no solo la ruralidad, está en un proceso difícil. Y por eso más que nunca tenemos que defender la escuela pública, que tiene de pilares a la solidaridad y a la inclusión. Vamos a tener que poner resistencia, porque están yendo por los trabajadores y los estatutos docentes, y no podemos mirar para otro lado”, sentenció.
Por su parte, Cavallero señaló que uno de los objetivos del encuentro fue discutir “la dimensión política del trabajo” de enseñar, además de la autoridad docente -no solo en la escuela sino en su comunidad- y el uso de las nuevas tecnologías como herramienta pedagógica. “Todo lo que hacemos es ponerle valor al trabajo de enseñar. Para eso no solo hay que socializar nuestras prácticas, sino también reflexionar sobre ellas”, propuso.
La autorreflexión como motor
Concebido como una instancia de reflexión, intercambio de experiencias y encuentro, el congreso tuvo distintas etapas a lo largo de sus tres días de duración. Una de ellas fueron las conferencias, cuyo objetivo fue aportar elementos teóricos para que las y los docentes pudieran reflexionar sobre sus prácticas pedagógicas.
La primera de esas disertaciones fue la de Gustavo Schujman, centrada en “los rasgos filosóficos y políticos del oficio de enseñar”. El intelectual proveniente de FLACSO subrayó que “la tarea como educadores es que los chicos puedan decir algo por ellos mismos, no tanto repetir, sino que puedan producir”. Y que para ello es necesario que puedan expresarse: “Cuando habilito la palabra no solo permito que el alumno diga lo que piensa, sino que vaya pensando, pues el pensamiento se produce hablando. Nuestra tarea sería sacar a los chicos de sus prejuicios, que puedan ir pensando por ellos mismos a través de nuestras preguntas”. Por último, enfatizó la necesidad de que el docente “habilite el diálogo” y “aprenda a escuchar lo que está pasando” con sus estudiantes en el aula y fuera de ella.
Otra instancia de reflexión fue la charla ofrecida por Vera Rexach, quien se desempeñó como coordinadora de proyectos de inclusión de tecnología en todos los niveles del sistema educativo argentino. Su enfoque estuvo centrado en el vínculo entre “tecnologías y escuelas” y las “esperanzas practicables” que se abren en esa articulación.
El intercambio como estímulo
Otro momento clave del congreso fue la instancia de socialización de experiencias pedagógicas, que se llevó a cabo en una carpa especialmente montada para esta actividad y se extendió a lo largo de media jornada. Esta instancia se complementó con la anterior, buscando visibilizar la amplitud de iniciativas que llevan a cabo docentes rurales en Córdoba y alentando el intercambio de saberes, contactos y materiales entre los propios educadores.
Se trató de una experiencia que comenzó, en verdad, cinco meses antes del congreso, cuando UEPC recibió más de 30 proyectos de toda la provincia, enfocados en distintos ejes temáticos (medio ambiente, arte, ciencias y nuevas tecnologías). Entre ellos seleccionó una decena, que fueron expuestos en el congreso: estuvieron presentes experiencias de los departamentos Minas, Juárez Celman, Totoral, San Javier, Río Segundo, Cruz del Eje y Santa María.
Los proyectos fueron presentados en stands, a partir del relato de las y los propios docentes involucrados, pero también de estudiantes y familiares. La tónica general de este momento del congreso fue la consulta y el intercambio, en cuestiones de lo más diversas: ¿Cómo hicieron eso? ¿Con qué recursos? ¿Por qué eligieron esas opciones? ¿Cómo tomaron las decisiones? ¿Con qué recursos tecnológicos trabajaron? Ese tipo de preguntas se escucharon en los stands, donde las y los docentes compartieron problemas, consejos, errores, propuestas y contactos.
Los talleres como ámbitos de aprendizaje
El congreso también tuvo reservada una etapa importante para los talleres, momentos y espacios en que las y los docentes rurales pudieron aprender cosas concretas para trabajar distintos problemas y temáticas con sus estudiantes.
Los mismos se realizaron en forma simultánea a lo largo de media jornada. Uno de ellos fue el taller de experimentación textil, propuesto por la tecnicatura universitaria en Arte Textil de la Universidad Provincial. Allí, los docentes se calzaron los delantales, empuñaron rodillos, planchas y agujas, y pudieron experimentar distintas técnicas de producción textil: sublimación, sellos, con tintas naturales, ecoprint, entre otras.
El taller de teatro participativo, dictado por Diego Vallarino, abordó las problemáticas de violencia y abuso en niñas, niños y jóvenes, considerando al arte escénico como una herramienta para transformar condiciones de vida y fomentar el análisis crítico de la realidad.
Otro de los talleres estuvo enfocado en el trabajo con TIC en el marco de la escuela rural, dirigido por Mercedes Arrieta e Ivana Viano. Se debatió acerca de cómo hacer usos significativos de la tecnología -para lo cual se requiere no solo una formación tecnológica, sino también pedagógica- y se puso a disposición de las y los docentes un “maletín” digital TIC, con recursos, programas y planificaciones.
Por último, en el taller sobre Ciudadanía y Desarrollo, a cargo de Norma Acevedo y Luis Moyano, se trabajó sobre un Manifiesto de la Ruralidad, que exponía debates y propuestas sobre los espacios, actores, respaldos y articulaciones posibles y deseables en el marco de la escuela rural.
Sin disfrute no hay encuentro
Como es habitual, los momentos de gozo no estuvieron ausentes del congreso, que es también una instancia de diversión para las y los docentes rurales de la provincia. Para ello, acompañaron los músicos “Pachi” Herrera, con su espectáculo “La vida es música” y la Orquesta Municipal Infanto Juvenil “Del Quebrachal”, de Capilla del Monte, dirigida por Paulo Carri. También serán recordadas las jornadas de peña y baile que acontecieron al cierre de cada jornada de trabajo.
Como años anteriores, los tres días de debate que insumió el congreso evidenciaron que las y los docentes rurales defienden a diario la educación pública y demuestran una capacidad asombrosa de emprender proyectos pedagógicos superadores, aun en las más duras condiciones, que suponen importantes ventanas de oportunidad para sus estudiantes y sus comunidades.
educar en Córdoba | no 35 | Junio 2018 | Año XIII | ISSN 2346-9439