Mas allá de las dificultades y de los aciertos que en los últimos años se nos han presentado en nuestro quehacer cotidiano como docentes, siempre he tenido una mirada esperanzadora sobre la Educación, el Nivel Inicial y la Sociedad. Si fuera de otra manera, no podría ser educadora, directora de un Jardín, apostar día a día y comprometerme con la educación de los niños y niñas.
Me parece un hecho trascendente, desde el punto de vista de la inclusión educativa, la obligatoriedad de las salas de 4 y 5 años, la universalización de las salas de 3, pienso que debemos continuar trabajando y aunando esfuerzos para que sea una realidad el derecho a aprender y que este se concrete para todos los niños, en todos los contextos y ámbitos de nuestra sociedad.
Las demandas derivadas de la inclusión, la necesidad de generar propuestas pedagógicas que atiendan a la diversidad, el desarrollo de nuevas e innovadoras estrategias de enseñanza que impacten en los aprendizajes de los alumnos, el seguimiento de sus trayectorias, la necesidad de modificar el formato escolar, nos interpelan en estos actuales escenarios. Es urgente la necesidad de habilitar espacios para pensar, para dialogar, para analizar y reflexionar, para conformar equipos docentes que puedan tomar decisiones y que sean escuchados. Necesitamos entrelazar el trabajo de producir conocimientos, de crear ideas, con aquellas políticas públicas que posibiliten pensar juntos el modo de organizar las instituciones educativas, como variable fundamental que provoque la transformación educativa necesaria para cumplir con el objetivo de una educación de calidad con igualdad.
Si el desafío es construir mejores condiciones pedagógicas para una mejor calidad de los aprendizajes, deberíamos fortalecer las condiciones pedagógicas y laborales de los y las docentes, de formación permanente, de tiempos y espacios de trabajo conjunto, para producir conocimientos que puedan generar cambios.
Argumentos para comprender la importancia de la inclusión educativa, con una educación de calidad, con experiencias pedagógicas y de vida potentes y significativas sobran, si trabajamos para consolidar el derecho a la educación. Y aquí cito una frase que me hizo reflexionar: ”Si cada actor acepta su responsabilidad pública en el presente y mira el futuro, haríamos realidad la Visión, no como utopía, sino como meta a conquistar”. Debemos ser capaces de formar personas, dueñas de sí mismas. Sujetos de derechos con capacidad para conocer, hacer, enriquecer y transformar el mundo a través de su aporte inteligente, crítico, solidario, creativo y cooperativo, para construir una sociedad más justa e igualitaria.
educar en Córdoba | no 31 | Junio 2015 | Año XI | ISSN 2346-9439