A principios de año, más de medio centenar de maestros argentinos visitaron el país caribeño, para conocer las políticas y las experiencias de trabajo que se están llevando adelante allí, en el marco del proceso revolucionario. educar en Córdoba entrevistó a la Secretaria Adjunta de UEPC, Zulema Miretti, quien participó de la expedición, para conocer su análisis y los preparativos para un intercambio que se realizará en noviembre.
– ¿Qué características tuvo la visita a Venezuela realizada en el marco del Movimiento Pedagógico Latinoamericano (MPL)?
– En enero se realizó en ese país la Expedición Pedagógica Simón Rodríguez, que estuvo organizada por el Departamento de Educación del Centro Cultural de la Cooperación (CCC) y la Escuela Rodrigueana de Venezuela. Allí participamos 52 docentes argentinos, de distintas organizaciones. Entre ellas estuvieron CTERA y sus entidades de base, a través de las cuales tomé parte como integrante de UEPC.
La expedición fue un espacio de aprendizaje enriquecedor, porque implicó conocer el lugar donde se encuentran nuestros hermanos venezolanos y todo aquello que están llevando adelante. Resultó una fuente de aportes mutuos, porque también ellos esperaban con muchas expectativas nuestra llegada.
La expedición estuvo organizada en dos etapas. La primera se dividió en siete rutas, realizadas en los estados de Aragua y de Táchira, donde se efectuó el contacto con las escuelas y distintas organizaciones sociales y comunales. Luego, en una segunda etapa, nos reunimos los participantes de las diferentes rutas en un espacio de intercambio de las distintas experiencias, en la Escuela Latinoamericana de Medicina radicada en Caracas.
Como UEPC, participamos de la ruta N° 1, en la comuna del Valle de Tucutunemo, donde se está gestando una nueva forma de organización política comunal. Allí el pueblo toma las decisiones sobre el gobierno de su comuna, quien se transforma a su vez en la expresión territorial del poder popular. Se trata de una nueva modalidad, en la que aparece la figura del Consejo Comunal, los consejeros y los voceros.
En los casos de los colegios visitados, hay que tener en cuenta que en Venezuela se está llevando a cabo un proceso revolucionario y que,cuando este se instaló, no todos los docentes estuvieron de acuerdo. Por eso se crearon las escuelas bolivarianas, a las que específicamente arribamos. Allí los docentes son conscientes de que el proceso educativo tiene que adaptarse a las transformaciones políticas que se están llevando adelante en ese país.
En ese marco, pusimos nuestra mirada en algunos ejes fundamentales que están relacionados con el MPL. Se trata de escuelas que, en tanto espacios de transformación colectiva y camino hacia una educación liberadora, se abren a la comunidad, por lo que el maestro trabaja con ella hasta en la elaboración de un currículum. Al decir de los venezolanos, “no queremos tener más un currículum de la clase dominante, sino uno que se adapte a las necesidades de cada lugar”. El docente es un maestro comunitario y humanista, que no solo está en la escuela, sino que sale a la comunidad, evalúa si se cumplen los requerimientos alimentarios, de salud y habitacionales de los alumnos. A partir de allí, tienen programas y estrategias para trabajar e intervenir.
Pudimos evidenciar también el respeto por la madre tierra y la recuperación de los saberes populares, que llegan a la escuela por medio de la figura de los “maestros pueblo”, quienes voluntariamente aportan sus conocimientos de acuerdo con las necesidades de la institución. Por ejemplo, a través del programa Manos a la siembra, donde estos “maestros pueblo” trabajan la huerta con los alumnos, cosechan su producción, les enseñan a elaborar comidas y si las familias quieren tener una huerta en su casa, la escuela se traslada hasta esos hogares.
Otro elemento que todas las escuelas del valle, tanto las de nivel primario como medio, ponen en práctica para esta transformación de la educación son los llamados Epdcue (Espacios Permanentes para el Desarrollo Cultural Endógeno), al decir de los docentes: aprender haciendo para nunca olvidar. Estos espacios son de libre elección para los alumnos y se adecuan a las necesidades de cada lugar. Por ejemplo, visitamos una escuela que estaba en una región con mucha arcilla, donde los estudiantes realizan talleres de trabajo con ese material, pero con una concepción distinta, artesanías útiles más allá del adorno. También observamos talleres de tejidos y de telar. En otra escuela de nivel medio, por ejemplo, hacían bloques con cemento y papel de diario para divisorios internos, que además de vender los utilizaban para refaccionar la escuela. Otras alumnas participaban de talleres de cocina elaborando distintos tipos de comida según la época del año, que luego vendían para comprar materiales para la escuela. Todo se recicla, bajo el concepto de economía solidaria. Además, todos estos espacios se relacionan con áreas de conocimiento.
En todos los colegios existe, además, el PAE (Programa Alimentario Escolar) y el programa Camaina, que consiste en el desarrollo de herramientas y modelos productivos basados en las tecnologías de la información libres y la distribución de computadoras desde 1º grado.
– ¿De qué manera se enmarcan estos intercambios en el Movimiento Pedagógico Latinoamericano en Argentina?
– Todo lo que pudimos observar en las escuelas bolivarianas es una pura expresión del MPL. El proceso de transformación no solo se vive en lo estructural y subjetivo, sino en todas las manifestaciones sociales y culturales. Por ejemplo, visitamos un canal de televisión comunitario, donde los programas son elaborados con la comunidad, tratando de llevar a la práctica la comunicación como derecho y no como servicio, de no volver a repetir la cultura de la clase dominante y reproducir falsos valores. Ellos lo interpretan como una verdadera batalla cultural.
Lo mismo ocurre con respecto a la producción: son importantes las granjas comunitarias en la producción de alimentos, donde el saber popular se conjuga con la tecnología de la universidad. Estas tienen un amplio sentido político para alcanzar la soberanía alimentaria. Se trata de ejes que el MPL también tiene.
– ¿Qué se ha planificado para la visita que los docentes venezolanos realizarán a Argentina?
– Los compañeros venezolanos vendrán en noviembre. En una primera fase de cinco días, visitaremos escuelas y otras instituciones, en distintas rutas que comprenden varias provincias. La segunda fase tendrá lugar en Tigre (provincia de Buenos Aires), en un camping de Suteba. Allí se intercambiarán las experiencias, pues cada ruta se enfocará en distintas realidades. Será una experiencia enriquecedora, como lo fue en Venezuela, y tenemos muchas expectativas.
Esta visita también está organizada por el CCC y CTERA. Las entidades de base que participamos de la Expedición Pedagógica en Venezuela vamos a presentar las rutas previstas en Argentina.
En Córdoba, queremos contarles cómo estamos trabajando cuestiones como la memoria y los derechos humanos, el cooperativismo y la inclusión. Pretendemos mostrar cómo los sindicatos argentinos, además de las luchas por el salario y las condiciones laborales, impulsamos también reivindicaciones pedagógicas. En el caso de Córdoba, queremos contarles acerca de proyectos como el Programa 108, la labor de nuestro Instituto de Capacitación y la manera en que trabaja en la investigación en contacto permanente con las necesidades de las escuelas, como por ejemplo a través de la consulta pedagógica.
Será nuevamente una experiencia de intercambio mutuo entre compañeros argentinos y venezolanos. Esperamos brindarles todo el cariño y la solidaridad que recibimos en ese hermano país.