En el elegante escenario del Teatro Real de la capital cordobesa, la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC) celebró un nuevo aniversario de su fundación. En el festejo, participaron militantes que escribieron y escriben la historia de la organización, así como representantes de organizaciones hermanas y de diferentes niveles del Estado. El encuentro fue una oportunidad para un enorme abrazo colectivo, para los reconocimientos y agradecimientos, pero también para renovar el compromiso en la lucha por la educación y la defensa de los derechos de maestras y maestros.
“Para Simón Bolívar, la educación era un acto de amor y coraje: amor por los que menos tienen, coraje para enfrentar los embates. De estas convicciones se valió un grupo de maestras, maestros e inspectores, que decidieron fundar UEPC”. Así comenzaba un video alusivo a la creación del sindicato, que se preparó y proyectó para los festejos del 70º aniversario del mismo, realizados en el Teatro Real de la capital provincial el pasado 23 de mayo. Allí se congregaron cerca de 500 personas –docentes, funcionarias y funcionarios de distintos organismos públicos, representantes de organizaciones gremiales y sociales, entre otras–, provenientes de todos los departamentos de Córdoba, para celebrar en conjunto, en la tibieza de un apretado abrazo, siete décadas de lucha, organización, resistencia y conquistas de UEPC.
“Este sindicato ha defendido y defiende la educación pública, gratuita y de calidad, la que combate desigualdades y mejora la vida de las personas y su comunidad, esta es su identidad”, se evocó también en esa celebración. Y fue con ese espíritu que se reconoció a decenas de militantes, de maestras y maestros de todas las delegaciones de UEPC –imposible mencionar aquí en su totalidad– que, durante estos 70 años de vida, honraron el activismo gremial y la tarea docente. Una a una, las personas que se homenajearon fueron subiendo al escenario, recibiendo abrazos, cariño y agradecimientos. Y allí se reconoció también a quienes condujeron el sindicato durante los meses previos a la última dictadura y luego de la recuperación democrática: por un lado, Raúl Anzil, Walter Grahovac y Carmen Nebreda –quienes estuvieron presentes–; y por otro, Aldo Pandolfi, a quien se recordó especialmente por ser quien condujo el gremio desde octubre de 1975 hasta el golpe del 24 de marzo de 1976, momento en que UEPC fue intervenida militarmente.
“Nada fue dado o concedido sin lucha, todo conquistado con organización y resistencia”, se recordó esa noche. Escuchar a Elsa Limia, histórica militante de UEPC en el departamento Totoral, fue un túnel en el tiempo hacia esas luchas, pero también hacia una labor docente rodeada por un contexto muy distinto al actual. Elsita, como la llamamos con cariño, recordó que se integró al sindicato en 1953 –desde su fundación–, “cuando ser afiliada y gremialista era mala palabra”; que la última dictadura “se llevó hasta las tacitas de café”, todo lo que tenían en la sede sindical, y que lucharon “siempre, siempre, para todo”. Y reconoció: “No tengo vergüenza de decir que anduvimos en la calle, con la policía. Las marchas han sido agotadoras. Tenías que dejar a los hijos pequeños, pero había que poner el pecho, lo hacía chocha de la vida”. Por último, consideró que el gremio le “ha dado todo”, que daba “la vida por ser maestra de nuevo” y que, desde UEPC, “no hay que bajar los brazos” y “hay que dar la cara siempre, en las buenas y en las malas”.
Lo que va de UEPC a CTERA: dos organizaciones hermanas
En la celebración también tomó la palabra Sonia Alesso, secretaria general de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), entidad que este año conmemora 50 años de existencia. La dirigente santafesina destacó que UEPC “fue y es un pilar” de CTERA y repasó algunos de los desafíos de la militancia y la labor docente: la falta de maestras y maestros en todo el mundo –“ante lo cual no solo hay que mejorar la formación, sino también el salario y las condiciones de trabajo”, señaló–, el abordaje de la cuestión ambiental, la persistencia en el trabajo en derechos humanos y el fortalecimiento de nuevas y nuevos docentes.
En el final, tomó la palabra el secretario general de UEPC, Juan Monserrat, quien subió al escenario acompañado por la secretaria adjunta Zully Miretti y el secretario de coordinación gremial Oscar Ruibal, además de Roberto Cristalli y Elizabeth Vidal –que en diciembre asumirán como nuevas autoridades del sindicato–. Monserrat caracterizó al gremio como “una gran hermandad y una gran familia de maestras y maestros” y reconoció: “Odiamos las injusticias, no nos bancamos las desigualdades ni un mundo que no permita oportunidades, que no nos dejen pensar o que no nos dejen reflexionar y luchar”. Recordó también que fue en Córdoba –en Huerta Grande, más precisamente– donde se dio “el puntapié inicial para la construcción de CTERA” y agregó: “Para dejar de ser apóstoles y concebirnos como trabajadores, lo que implica un compromiso público y político”. Por último, realizó una especial evocación de “Los Caballeros del Abecedario”, el grupo de maestras, maestros, inspectoras e inspectores que dieron origen a UEPC: “Hemos sido sus tributarios y hemos honrado sus utopías, pero hay que crear nuevas utopías y nuevos futuros. Como dijo Stella Maldonado, no puede haber una maestra o un maestro en un aula que no le genere futuros a sus alumnas y alumnos”.
El cierre de una celebración repleta de emociones y recuerdos estuvo a cargo de la artista Mery Murúa, quien –entre otras canciones– interpretó “La escuela es nuestra bandera”, un himno para UEPC, una organización que ha sostenido al activismo gremial y al trabajo pedagógico como el impulso vital que permite más conquistas, más igualdades, más oportunidades y más derechos.
educar en Córdoba | no 41 | Octubre 2023 | Año XXII | ISSN 2346-9439
Artículo: Siete décadas de organización en defensa de docentes y de la educación