Evaluar adecuadamente los procesos educativos constituye una tarea fundamental para repensar estrategias pedagógicas y (re) organizar el trabajo de enseñar. Sin embargo, las iniciativas de evaluación educativa también deben proponer dinámicas que superen la reflexión de la práctica individual y permitan debatir el sistema educativo en su conjunto. La propuesta de autoevaluación institucional, elaborada en el marco del Consejo Provincial de Políticas Educativas, es una oportunidad para comenzar a integrar estas instancias evaluativas a los procesos educativos.
Durante este último año, la UEPC fue convocada a participar en el Consejo Provincial de Políticas Educativas (CPPE) con el objetivo de debatir y planificar una propuesta de evaluación institucional novedosa. La propuesta busca dar cuenta de la complejidad en la cual se inscribe el trabajo docente, y a su vez, que se consolide como una herramienta útil para mejorar las condiciones de enseñanza, vinculada entre otras cosas al estado de la infraestructura, las acciones de formación docente y las instancias de asesoramiento pedagógico-institucional.
Lo resultante del trabajo del Consejo busca estimular el análisis, el debate y la construcción de propuestas pedagógicas en las escuelas, entendiendo a la evaluación como una instancia más de enseñanza que se construye colectivamente. A la vez, procura que lo producido en las instancias colectivas se constituya como un registro institucional sobre los modos de trabajo pedagógico desarrollado y el tipo de vínculos entre docentes, alumnos y familias; y sobre los criterios de organización del trabajo escolar y las estrategias de resolución de conflictos. Además, se espera que dicho registro sea sistematizado en la escuela, a modo de Memoria Pedagógica, convirtiéndose en una referencia para posteriores instancias de trabajo institucional. Esta nueva metodología de trabajo no tiene por objeto esclarecer cuánto de lo enseñado ha sido aprendido en determinado tiempo, ya que plantea una lógica distinta a anteriores propuestas de evaluación, centradas más en los individuos que en las dinámicas institucionales, o en las lógicas del propio sistema educativo.
Cabe destacar que esta evaluación institucional es muy diferente a otras instancias evaluativas que intentan establecer parámetros comparativos o “rankings” de rendimientos entre distintas instituciones.
La construcción de una memoria pedagógica abarcará distintas dimensiones de la vida escolar tales como las trayectorias escolares, la enseñanza y su régimen académico, la pedagogía institucional y la organización del trabajo escolar para, de este modo, destacar las fortalezas o identificar las dificultades que tiene cada escuela.
La producción resultante de la autoevaluación deberá ser sistematizada por el Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba, con la finalidad de encontrar problemáticas comunes en los modos de trabajo pedagógico de las escuelas. De este modo, los resultados obtenidos podrán transformarse en un insumo útil para analizar lo que es necesario trabajar desde los diferentes dispositivos pedagógicos estatales (programas y proyectos ministeriales), las escuelas y los docentes.
Decir presentes
Un elemento importante de esta propuesta de autoevaluación es la incorporación de los equipos de supervisión y directivos en el análisis de las ideas surgidas del trabajo docente, con el fin de que puedan constituirse de este modo en los interlocutores entre las distintas escalas del sistema. Por esa razón, para la UEPC es fundamental garantizar el acompañamiento a las escuelas en el proceso interpretativo de lo que cada una va discutiendo.
El instrumento elaborado en el marco del CPPE implicó que instituciones públicas y privadas se pusieran de acuerdo en parámetros metodológicos que permitieran retomar un debate que en los últimos años había quedado relegado de las preocupaciones centrales, como es el tema de la enseñanza.
Sin embargo, el éxito o fracaso de esta propuesta no está garantizado por sí solo, ya que es un requisito indispensable que en la implementación se asignen los tiempos institucionales adecuados, se garantice el debido acompañamiento para el análisis de la información y el registro de las conclusiones, y el apoyo para la construcción de propuestas que tomen como referencia lo producido en las instancias de trabajo. Además se deberá garantizar que los resultados obtenidos no puedan ser utilizados para restringir derechos laborales o el acceso a la educación pública, ni que las estrategias desplegadas impliquen una sobrecarga de trabajo pedagógico o institucional. Cabe destacar que esta definición es un gran desafío pedagógico que inaugura la propuesta de autoevaluación institucional ya que supone una responsabilidad central del Estado.
La UEPC entiende que evaluar el sistema educativo no es otra cosa que evaluar en qué medida se está garantizando el derecho de niños y jóvenes de apropiarse de los saberes culturales necesarios para una inserción ciudadana. A partir de estas definiciones, la activa participación del gremio en la construcción de una propuesta de evaluación institucional estuvo impulsada por el convencimiento de que se pueda estimular el trabajo colectivo de los educadores, poniendo en debate el lugar de las particularidades del proceso de aprendizaje de los chicos y adolescentes, generando al mismo tiempo instancias de reflexión sobre las decisiones que se van tomando en las escuelas.
Desde mediados de año, este documento comenzó a incidir en la agenda política a partir de definir los ítems con los cuales se debería hablar de enseñanza, y esto indudablemente es un paso adelante.
El trabajo de autoevaluación estará comprendido por cuatro dimensiones de análisis: Trayectorias Escolares; Enseñanza y su Régimen Académico; Pedagógica Institucional; Organización del Trabajo Escolar y Condiciones de Enseñanza. Para trabajar cada uno de estos ejes, se realizará una breve conceptualización de la categoría a abordar y, en un segundo momento, un conjunto de interrogantes para el trabajo en grupos al interior de cada escuela; utilizando desde el análisis de datos ya construidos por la propia escuela en otras instancias de trabajo institucional hasta la construcción de información sobre temas pedagógicos de relevancia, así como la escritura de pequeñas narraciones sobre algunos aspectos de sus prácticas.