Aportar conocimiento para ampliar horizontes de comprensión y acción

Eduardo Hurtado

La devaluación y desvalorización de la educación pública estatal, como la que vivimos en la actualidad, hunde sus raíces en el gobierno desarrollista de Arturo Frondizi. Durante su mandato presidencial se abrió la puerta de la educación al mercado y se inició la transferencia de escuelas estatales nacionales al ámbito provincial. Esa tendencia no ha podido cambiarse, si bien ha tenido vaivenes y reacciones espasmódicas. Desde entonces, los gobiernos de orientación liberal –militares, el menemismo y el actual– pusieron el foco en la supuesta baja calidad del sistema educativo público estatal; por eso no sorprenden los ataques que se viven hoy.

El retroceso del Estado frente al mercado ha posibilitado la introducción de conceptos como gerenciamiento, competencia, calidad, eficacia, como si la escuela fuera una empresa y no un ámbito de construcción de conocimientos colectivos. Se cuestiona la tarea docente por ser de baja calidad, pero se le asignan a la escuela más funciones. Se ha subvaluado la profesionalidad del maestro, construir conocimientos socialmente válidos no es lo mismo que enseñar un oficio. En este contexto, el docente debe defender su trabajo en el aula, capacitándose desde su inconformismo intelectual, para no ser reproductor de la cultura dominante. La tarea de formar ciudadanos protagonistas debe ser el objetivo y tiene que ser la respuesta cotidiana a los ataques neoliberales. Reflexionar sobre las políticas educativas que propone un sistema educativo jerarquizado: una educación de calidad para pocos y otra inclusiva, pero de baja calidad, para el resto. Reforzar la formación continua, no en el sentido de realizar cursos para “engrosar” currículos, sino para incorporar la mayor cantidad de capital cultural posible, no solo cuestiones didácticas o pedagógicas –que también son necesarias–, sino de conocimiento que contribuya a ampliar horizontes de comprensión y acción, para transformar la realidad. El trabajo docente, en el aula, espacio de acción, debe ser siempre un acto creativo.

educar en Córdoba | no 34 | Septiembre 2017 | Año XII | ISSN 2346-9439
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