DOSSIER

La Recikermesse: educar más allá del aula

María Soledad Guzmán

En el IPEM 32 “Estancia Potrero de Garay”, instituto secundario de Potrero de Garay, durante 2012 desarrollamos la experiencia Recikermesse. Para entender de qué se trata, es importante explicar el nombre. El proyecto integra la realización de una kermesse al estilo tradicional y el cuidado del ambiente, a través del reciclado de diferentes elementos, de ahí el sustantivo compuesto Recikermesse.

La idea central era llevar a cabo un evento, desde la materia de Organización de Eventos. Anhelábamos que ese evento pudiera ser un aprendizaje que traspasara los límites espaciotemporales del aula y, también, que de alguna manera se convirtiera en un viaje a través del tiempo, uniendo pasado, presente y futuro, cual un camino de vida.

Desde diferentes materias se elaboraron los conceptos básicos para realizar el evento y se impartieron las líneas de trabajo. Una vez que establecimos entre docentes y estudiantes, de manera muy democrática, ciertos acuerdos generales, se le dio libertad a los grupos de estudiantes para trabajar de la manera que les resultara más efectiva y eficiente.

El aula se convirtió literalmente en un taller de actividad aprendizaje, donde se confeccionaban juguetes reciclados, se veían tutoriales bajados de internet o se debatían ideas que iban surgiendo y se votaba para elegir la más adecuada. Y las casas se convirtieron en una extensión áulica, donde se reunían los grupos a hacer sus tareas y donde cada noche se seleccionaba de la basura, aquellos desechos susceptibles de reutilizarse. Se realizó un plan de trabajo con objetivos, fundamentos y plazos, que cada grupo fue cumpliendo y presentando de acuerdo a su capacidad de producción.

Entre tanta práctica, fuimos desarrollando ideas teóricas que apoyaban la tarea realizada y planteamos a los grupos la necesidad de leer el material con el que contaban, para guiar desde la teoría su acercamiento a la realidad y la posibilidad de transformar la misma. Cada grupo fue entregando informes, según su capacidad de madurar conceptos. Pocos fueron los que no cumplieron con los plazos establecidos como límites de entregas. A su vez, el viaje en el otro tiempo se logró conversando con personas de la tercera edad, que aportaron sus recuerdos, vivencias de las kermesses de antaño. De esos diálogos se nutrió nuestra kermesse para elaborar juegos y redactar los reglamentos. El presente estuvo dado por el trabajo en sí y por la utilización de recursos propios de la generación de adolescentes que hicieron esta kermesse: se inspiraron en programas de televisión y buscaron mucha información en internet o bien entrevistaron a abuelas viejitas y sabias, grabando todo en sus celulares ultra modernos. Y nos dibujamos un futuro, un futuro deseado en el que la naturaleza esté cuidada y respetada y donde la convivencia sea armónica, porque se puede dialogar, establecer acuerdos, debatir, no estar de acuerdo y aun así, trabajar en pos de una meta común, en un alentador clima de alegría compartida.

Luego de un mes y medio de trabajo continuo, siguiendo los objetivos planteados, se llevó a cabo la Recikermesse. Un sábado, claro, porque a nadie se le ocurriría hacer un evento que debía convocar público externo, en pleno horario escolar. Así que otra vez infringimos las horas de clase tradicionales y nos instalamos en la escuela desde la media mañana hasta la noche. Pocas fueron las protestas por tener que usar el tiempo del fin de semana, tiempo de descanso, para cumplir con una actividad escolar. Porque llegaron a esa instancia con la firme convicción de que ese era SU evento y deseaban vivenciarlo a pleno.

De todas maneras, la directora nos compensó con una mañanita libre. Lo que quedó claro es que se puede aprender fuera del módulo, que puede ser mientras estás en clase, cuando salís, cuando estás en casa, cuando conversás con tu familia, cuando estás chusmeando el Facebook y sumás contactos a la página de la materia. Se puede aprender continuamente y de diferentes maneras, porque el conocimiento es un fenómeno acumulativo, que tiene su lado social e individual; por ende, es valioso otorgarle importancia a la continuidad del proceso de aprendizaje, la relación entre áreas del saber y la vinculación con la situación sociocultural e histórica en que se está aprendiendo, sin desatender a las particularidades de cada estudiante, para que pueda realizar su camino de aprender, que es el verdadero camino de la vida donde su pasado, presente y futuro se unirán, cobrando verdadero sentido.

educar en Córdoba | no 30 | Octubre 2014 | Año XI | ISSN 2346-9439
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